El robot habla con los niños, les estimula a moverse y a ejercitar la memoria, les enseña a bailar y hasta a cocinar una tortilla francesa
La interactuación con el robot supone un gran estímulo para los menores, para quienes la sesión de terapia pasa a convertirse en un momento de juego
La robótica se ha convertido en una aliada perfecta para trabajar con menores con necesidades especiales, dado que las sesiones de terapia pasan a ser consideradas como un juego y los niños se esmeran mucho más en hacer caso al “terapeuta”, lo que redunda en su propio beneficio porque aprovechan mucho mejor las sesiones. Además, la tecnología permite monitorizar el comportamiento de los menores para evaluar cómo van progresando en sus movimientos y destrezas, lo que facilita la toma de decisiones clínicas a la hora de adaptar el contenido de las sesiones a sus gustos y necesidades específicas en cada momento.
A partir de esta premisa, el Centro de Atención Infantil Temprana de San Juan Grande ha apostado por incorporar a su equipo a Juande, un robot-terapeuta que también se ha implantado en el resto de los centros de la Orden de San Juan de Dios en Andalucía y que ya se está convirtiendo en un gran aliado para motivar a los menores y ayudarles a disfrutar de su tiempo de terapia. Esta incorporación ha sido posible gracias a los fondos Next Generation.
Juande les habla, les estimula a moverse como él, les enseña a bailar, les ayuda a agudizar la memoria y hasta les enseña a cocinar, por poner un ejemplo, por lo que las sesiones de fisioterapia se convierten en una gran ocasión de ocio.
Laure es un niño de 5 años afectado de problemas de movilidad en la parte derecha de su cuerpo, que ha tenido el privilegio de ser el primer niño que ha interactuado con Juande en Jerez. Según explica Leticia Pizarro, coordinadora del CAIT de San Juan Grande, “Laure llegó a nuestro centro por estar afectado de una polineuropatía asimétrica, es decir, una disfunción simultánea de diversos nervios periféricos, que afecta a su capacidad de movilidad de las articulaciones del lado derecho, problema que se ve agudizado porque nació con un pie equino”.
“La introducción de Juande en sus sesiones de terapia –continúa Leticia- nos está permitiendo analizar su evolución, y valorar, en cada momento, en qué áreas conviene reforzar el trabajo. Gracias a los juegos con el robot es posible fomentar la reintegración del esquema corporal y propiocepción de ambas manos y pies, en especial del lado derecho. Asimismo, también se trabaja la estimulación del desarrollo del lenguaje, mediante actividades interactivas y juegos de palabras. Incluso se fomenta la implicación del menor en las actividades de la vida diaria, todo ello a través de juegos interactivos y actividades divertidas lo que favorece que mantenga la atención, el interés y la motivación durante las sesiones”.