El hospital San Juan Grande instaura un protocolo de seguridad específico para los pacientes de edad

El hospital de la Orden de San Juan De Dios instaura un protocolo de seguridad para los pacientes más mayores, adaptado a las circunstancias de vulnerabilidad que puedan presentar, como deterioro cognitivo, dificultades de comunicación por déficit auditivo o visual o problemas de movilidad, entre otros

El Hospital San Juan Grande acaba de aprobar un protocolo específico de actuación para reforzar la seguridad y confortabilidad de las personas mayores enfermas durante su período de hospitalización, ya que éstas pueden presentar circunstancias especiales de vulnerabilidad, como pueden ser deterioro cognitivo; dificultades de comunicación por déficit auditivo o visual; problemas de movilidad; alteraciones digestivas o de deglución, así como las posibles incontinencias, entre otras.

El geriatra y director médico del Hospital San Juan Grande Juan Carlos Durán explica que además de la necesidad de extremar las precauciones a la hora de identificar al paciente, resulta fundamental permitir que la persona mayor hospitalizada pueda estar acompañada en todo momento por un familiar de referencia. “Evitar que se sienta sólo durante su estancia hospitalaria reduce el miedo y la posible confusión que pueda generarle verse en un entorno desconocido y hostil. En este sentido, también consideramos prioritario que el personal sanitario responsable de su atención preste especial atención a los detalles que faciliten la comunicación con el paciente, verificando el correcto estado y uso de las gafas y audífonos y otras prótesis, evitando así su desorientación por la pérdida sensorial”.

Otras de las medidas establecidas en este decálogo de actuación están encaminadas a garantizar su confortabilidad. “En este sentido, nuestro objetivo es dar prioridad a técnicas terapéuticas que no impliquen una excesiva manipulación del paciente o que compliquen su capacidad de movimiento. Por ejemplo, se dará prioridad a la medicación oral frente a la inyectada por vía periférica y, siempre que sea posible, se evitará el uso de sondas urinarias o nasogástricas. Con ello buscamos el doble objetivo de reducir la tasa de posibles infecciones intrahospitalarias, al mismo tiempo que reducimos la necesidad de encamamiento del paciente”, continúa Durán. “La movilidad de los pacientes es fundamental para su proceso de recuperación y en ese sentido también vamos a reforzar las acciones encaminadas a estimular que den paseos por nuestras instalaciones o que utilicen los gimnasios específicos habilitados en las plantas de hospitalización para que puedan mantenerse activos”.