La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios se muestra agradecida y satisfecha por el avance del proceso diocesano de canonización del Hermano Adrián del Cerro, máximo representante de la Comunidad en la ciudad de Jerez durante más de cuarenta años y que destacó por su permanente empeño en ayudar a los más vulnerables.
Este proceso comenzaba el pasado mes de mayo de 2022, cuando el Obispado de Asidonia-Jerez recibía el visto bueno de los Obispos del Sur de España para iniciar el proceso de canonización del Hno. Adrián del Cerro. Habían pasado siete años desde su fallecimiento, aunque, ya en vida, muchísimas de las personas que tuvieron la suerte de conocerlo y de trabajar con él admiraban de él su generosidad y su continuo desvelo por cuidar de las personas que no podían cuidarse por sí solas.
Apodado como el “limosnero de los pobres”, además del desarrollo y expansión de la atención sanitaria de la Orden de San Juan de Dios en Jerez, también puso en marcha un extenso programa de ayuda alimentaria y económica a las personas sin recursos, que continúa a día de hoy y que se materializa, entre otros programas sociales, en el economato que lleva su nombre y que está ubicado en los aledaños del Hospital San Juan Grande.
La actual comunidad de San Juan de Dios en Jerez se muestra muy satisfecha con la autorización de la Santa Sede para dar continuidad al proceso eclesiástico de canonización y por el reconocimiento del Hermano Adrián como Siervo de Dios. “Para todos nosotros supone un claro ejemplo a seguir, así como una fiel encarnación de los valores que definen la razón de ser de nuestra Orden Hospitalaria, que no son otros que la hospitalidad y el servicio a las personas en situación de vulnerabilidad, ya sea por motivos económicos o de salud -explica el Hermano Rafael Cenizo, actual superior de la Comunidad de San Juan de Dios en Jerez-. Sin duda, la superación de este primer hito en el proceso eclesiástico constituye una excelente noticia, no solo para nuestra Orden, sino para toda la ciudadanía de Jerez. Ojalá todos podamos presumir pronto de haber compartido vida y profesión con un auténtico Santo”.