Los Centros de Mayores San Juan Grande, Acreditados por la Agencia de Calidad Sanitaria Andaluza con un nivel avanzado

Al igual que ya sucediera el pasado mes de febrero con el Hospital, en esta ocasión han sido los Centros de Mayores de la Orden San Juan de Dios en Jerez los que han sido acreditados por la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía. Dicha acreditación también ha sido con un nivel avanzado y en el proceso de evaluación han participado un total de 29 profesionales, bien como auto-evaluadores o bien proponiendo áreas de mejora.

El informe de la certificación destaca en primer lugar la seguridad del paciente, señalando que el centro dispone de mecanismos que garantizan la adecuada asistencia a los residentes en caso de emergencia. Disponen de protocolos para atender las urgencias dentro y fuera del centro, paneles informativos sobre primeros auxilios, así como información de contacto, pautas y referentes en caso de incidencia en la parte posterior de las tarjetas identificativas, según el puesto que desempeñe. Han identificado las necesidades más comunes, las contenciones mecánicas o la prevención de caídas; ambos protocolos destacan, tanto por su contenido, como por su correcta y rigurosa aplicación y control.

Asimismo, señala que contar con personal de enfermería en el centro permite un control sanitario continuo de los residentes y les permite realizar actuaciones rápidas en situaciones que precisan atención inmediata y urgente, hasta la llegada de los servicios sanitarios, si la situación lo requiere. Igualmente, disponer del hospital de la Orden tan cercano, garantiza una asistencia rápida en casos de urgencia, evitando pérdidas de tiempo en desplazamientos a otros centros hospitalarios.

Por otra parte, subraya que los centros de mayores disponen de un procedimiento que garantiza la correcta administración de las dietas a las personas usuarias; se garantiza la ausencia de errores en la distribución de la comida en el comedor, a través de un sistema de etiquetado de bandejas; y que tienen implantado y consolidado un buen protocolo para el correcto uso de la medicación, como punto fuerte en la seguridad de usuarios y residentes.

En cuanto al equipamiento, se menciona que disponen de “camas de demencia” cuya altura es regulable, bajándose hasta casi el suelo, evitando así lesiones por caídas de la cama en residentes con demencias graves.

En cuanto a la valoración de la continuidad asistencial, los evaluadores valoran que la asistencia sanitaria de las personas usuarias es integral, realizándose un plan personalizado de atención clínica a cada persona usuaria. Se parte de una valoración detallada de las características de la persona, sus necesidades y un mapa de riesgos individual. La intervención clínica, tanto preventiva como asistencial, es pactada con la persona usuaria y la familia. Se realiza una evaluación de este plan periódicamente, que da lugar a las medidas correctivas necesarias.

Destaca la asistencia humanizada como estilo y sello propio de los profesionales de los servicios evaluados, lo que potencia el clima positivo y una estancia acogedora entre los residentes. Formar a los profesionales que se incorporan en la plantilla del centro en los valores de la institución y en bioética favorece una atención más humanizada a los residentes y usuarios.

Cuentan con un programa de voluntariado de larga trayectoria y muy consolidado en el tiempo, lo que permite dar apoyo a distintas actividades que se realizan en el centro.

Realizan un análisis formal de la satisfacción de residentes, usuarios y familiares, lo cual les permite detectar e introducir mejoras, e incrementar así la calidad de la atención de las personas y la satisfacción de los familiares.

Por último, el tercer aspecto destacado en el informe de evaluación es el trabajo en equipo. A este respecto, se subraya que la coordinación entre los profesionales del centro garantiza la continuidad asistencial. Destaca el procedimiento de comunicación y coordinación entre el personal técnico y auxiliares, y entre los distintos turnos; así como la adaptación de todo el equipo a las necesidades de las personas usuarias: colores de uniformes según ámbitos y categorías profesionales, para que los usuarios les distingan y reconozcan bien, o la asignación de referentes (técnico y auxiliar) durante todo el proceso de atención. También es de destacar el uso y la disponibilidad de los recursos tecnológicos para la gestión asistencial (expedientes digitales y carpetas compartidas en red).